Científicos y ecologistas alertan sobre el problema de los microplásticos: pequeños fragmentos de este material, menores de cinco milímetros, que se pueden haber formado a partir de grandes plásticos o que son específicamente fabricados en ese tamaño, por ejemplo, para la industria cosmética. Cada año, ocho millones toneladas de este material acaban en el océano. ¡200 kilos por segundo!.
Los microplásticos pueden entrar en organismos pequeños y crearles heridas y laceraciones, además de efectos impredecibles debido a los compuestos químicos que le aportan color y flexibilidad. También pueden atraer a otras sustancias y servir de medio de difusión de enfermedades patógenas.
Greenpeace España pide medidas como la de Reino Unido, que ha prohibido a la industria cosmética utilizar microesferas (usadas en exfoliantes, jabones, pasta dental), o Francia, que ha vetado los platos y cubiertos de plástico; y que se ponga freno a las bolsas de un solo uso. (El País)